Ricitos se había apuntado a la excursión de primavera del Instituto. Todos los años la gente de su nuevo curro aprovechaba el primer jueves soleado de marzo para dar un paseo por el pinar. “Un jueves, claro… porque el viernes hay cervecita”. Total, la campana seguía rota. “Más tiempo fuera del laboratorio, mejor”.
El parque seguía inundado y el pantano pululaba de Artemia salina. Ricitos mira los pequeños crustáceos y deduce que podrían perfectamente alimentarse de larvas de pez por lo grande que estaban. En fin… él nunca había sido demasiado de bichos… lo que pasa es que allí le estaban convirtiendo en algo que nunca había sido.
Desde el puente mira al Rio, luego las dunas… la playa… ¿Como puede ser todo tan llano? Otros paisajes les llegan a la memoria… Otras personas… y el estomago se cierra. 1, 2, 3 segundos. Levanta cabeza, él puede con esto y con mucho más. “No es nada más que otra inversión… está vez de tiempo”. Desde el grupo se oyen risas y jaleo… extranjeros más que naturalizados bromean, por lo menos los compis eran simpáticos. Su mirada vuelve al Rio y a los peces… paciencia… hace falta un poquito de paciencia…
Cansado de mirar a las lizas, decide volver al grupo. Suelta las manos de la barandilla… un paso atrás… y justo un segundo antes de darse la vuelta ve un destello y en seguida otro… luego otro más. Ricito piensa rápido… el grupo está lo bastante lejos como para bajar del puente y acercarse a la orilla. Se esconde detrás de unos arbustos y agachado empieza a observar el movimiento de los destello. Aparecen y desaparece, salen de la superficie del agua, vuelven a meterse en ella… es algo rápido y constante. ¿Algún bicho pescando? No, es demasiado cíclico, repetitivo… tiene que ser un insecto… ya un insecto… ¿un insecto bañándose? ¿Y por qué no desaparece en la boca de alguna liza? ¿Por qué los peces parecen jugar con él?
El destello se mueve hacía él… Ricito se agacha, intenta esconderse un poquito más. El destello le supera pasando a unos metros de su escondite… Ricitos le sigue. Empieza a preguntarse que es lo que está haciendo… lo mal que quedará con los compis por haber dejado la excursión sin despedirse… lo raro que será verle aparecer al instituto más tarde… piensa en todo esto pero la curiosidad por descubrir de que bicho se trata puede con él… a ver si se trata de alguna especie invasora y sale un paper de esta aventura… Se acaba el matorral, el destello se ha metido en el pinar… entre los arboles va a ser complicado seguir al destello sin ser descubierto. De repente ya nada. Ricitos no puede ver nada. Es como si el bicho hubiese desparecido. Ricitos piensa. No, no ha desaparecido… es que se ha escondido… “igual me ha visto. Igual no me ha visto, sencillamente ha llegado a su destino”. Ricitos avanza. Pero que diablos… poco más y tropieza con una estructura rígida… de plástico… “Por favor, ¿que hace en el medio del pinar una casa de muñecas?… algún dominguero… seguro… la trajo para que la niña jugase, se le rompió y la abandonaron… no pensaron en molestarse para sacarla al contenedor… maldito trasto…” Ricitos se ha distraído de su caza al bicho reflejante… piensa que lo ha perdido. O no… o el bicho se ha metido en la casita. Ricitos piensa que está loco, aun así se agacha. Mira por una de las ventanas y no se lo cree. No, no se lo cree. Se sienta, respira y por una vez en su vida no sabe que hacer. Piensa en lo que le diría a un amigo suyo si le hubiese contado que, en esta misma situación, se había marchado. Pues le diría que debería de haber tenido los cojones de quedarse a ver de que se trataba.
Pues sí, esto es lo que hubiera dicho.
Bonita historia la de Loli y ricitos, esperamos impacientes la proxima entrega.
ResponderEliminarNo sé, pero en cierto sentido me siento identificado con el personaje de nombre piloso.
SPC
Egregio Signore Peloso,
ResponderEliminarEstoy de contenta que me subo por el escritorio!
Que honor que Usted se deje caer por aquí de vez en cuando!
Es que hay un Ricitos y una Loli en cada uno de nosotros... hoy Usted se ha sentido un poco Ricitos, mañana a lo mejor se sentirá un poco Loli.
En este caso tenga Usted cuidado con los Germanos que le rodean... no vaya a ser que le "huelan" el cambio de "postura" y termine Usted mirando pá la Meca.
Mientras tómese unos vinos a la salud de una humilde servidora!