son las diez y mi ordenadador quiere despegar, perforar el tejado y viajar de la tierra a la luna. pero esto es ahora irrelevante, porque en la nevera esperan dos pescadillas de un kilo -¿cómo que pellizquicos?- recién llegadas de algún caladero africano para que las destripe y las incinere en mi pequeño horno funerario. en mi cocina forense, en mi cocina, en mi cocina, vaya. si el ministro de justicia supiera. pero no, él habla con ana pastor sobre la modernización de la justicia. y yo que pensaba que la justicia era atemporal, que no había una justicia antigua y otra moderna-de-medio-pelo, que las leyes morales eran universales y no sociales, que el adn dictaba y las secretarias del congreso taquimecanografiaban. las pescadillas no saben nada de esto. son cadáveres en el depósito, refrigeradas, en stand by, pausa fría, pausa polar. ya no es momento de autopsias. los protocolos son otros. es la ocasión ideal para obedecer recetas, cerrar los ojos y seguirlas paso por paso: precalentar el horno, cortar las patatas, salpimentar las pescadillas y tirarse por la ventana. si la receta lo dice lo hago. pero hay benevolencia en el mundo. no hay inducción al suicidio, solo instrucciones para preparar pesadillas sobre camas de patata.
señora chinarroid, ha puesto usted "pesadillas sobre camas de patata" a posta, o se ha colado un gol en propia menta?
ResponderEliminarBuen post, tutto a posto.
má-dreé, a cuántas personas vas a dar de comer con las dos pescadillas de un kilo?? 8-/
ResponderEliminarme voy corriendo pa-llá!!
estimado dry: en propia menta tras dar primero en el largero y luego en el a posta... pero por mucho que me pese,no puedo echarme las flores, ya que mi contribución se ha limitado a recoger una de las apreciaciones de los comentaristas del jenesaispop.
ResponderEliminarestimada paradiso: en realidad era una única pescadilla de un kilo, pero la poesía gana a la verdad cuando de hacer referencias a monsieur chinarro se trata(que tiene una canción que se llama dos besugos). véngase a cenar y me hará la mujer más feliz al oeste de los urales.