polaroid podrá decir lo que quiera: que si xabi alonso, que sí jean-paul belmondo, que si marlon brando, que si aragorn o vincent freeman, que si steve mcqueen, que si mark spitz y mark prats, que si christian bale, que si el batería de los strokes y que si jack de lost y fenix del equipo A …
no son más que patrañas.
porque lo cierto es que, a quien de verdad le ha puesto ojitos desde la más tierna infancia, en quien de verdad ha proyectado sus deseos más cursis y sus noches más húmedas es, literalmente (y no metafóricamente), él: (con el once a la espalda) el caballo de espadas.
polaroid, que es algo más frívola de lo que se atreverá a reconocer, mentirá mientras afirma que no es porque tenga un caballo, ni porque su armadura esté siempre impecable, ni porque lleve la capa de medio lado así como en plan-informal-kashual-beibi. por supuesto tampoco admitirá que es porque luzca penacho de plumas con una clase que ninguno de los tres tolais que tiene como amigos (tolai 1, tolai 2 y tolai 3) ha sabido igualar en su vida.únicamente hará una concesión respecto a la reluciente espada, pero sobre todo para tratar de convencer al lector de que se trata de una moza de mente abierta y vida disipada, por lo que lo más seguro es que haga un canto a su valor simbólico como promesa fálica, trote incansable y piernas temblando.
en cualquier caso, polaroid, sobre lo que sí se detendrá y explicará con profusión de detalles es que el mozo desprende cierto aura que augura the jackpot at the end of the rainbow, el oro y el moro. también hablará de cuanto le gusta su mirada de los mil metros y que ello sólo puede significar que se trata de alguien que lo mismo le descubre a gondry, que le arregla la cisterna del váter. y que con toda probabilidad, seguro que le deja el caballo para ir tomarse unas copas con su hermana, que parece más maja que las pesetas. ésta no. ésta tampoco. ésta. también es verdad que su padre le impone cierto respeto porque parece un hombre serio pero confía en que podrá ganárselo con conversaciones sobre el mineralismo y así poder pasar los agostos con su hijo metiéndose mano en su palacio de verano al borde del mar.
...y esos saquetines... 100% algon... que huelen la mar de bien hasta despues de un día en la mar, perdon en el bosque, destripando pescados, perdon, venados... queremos hablar de ellos???
ResponderEliminarClaro que no, si es que no hace falta...
Al Señor Caballo de Espadaa, yo no le conozco muy bien... pero con lo que leido, con lo que me han contado y por el olor de sus calsetines... Me pone hasta a mi!
hay que he editado el comment fatá, que me he emosionao.... aaaaaiiiiiiiiiii
ResponderEliminarestás tú para que te cuente secretos.
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