lunes, 25 de octubre de 2010

no sé que meh pasa que hoy hablo de papá



los lunes ni trabajo ni voyh a la universidad, así que dedico estas mañanas luminosas hen que me quedo sola en casa a la vida sencilla y confieso que soy muy feliz. heh barrido la cocina, he pelado patatas mientras vehía saber vivir, he puesto la holla hexpress tarareando la chica de ipanema y al final me he tumbado en mi gran sofá ah leer un arthículo de señor delval que decía cosas muy lógicas y razonables.

esthos días me encuentro regulera, la resaca del viernehs nochhe se me ha juntado con algún virus porculero así que ahhora escribo con el termómetro alojado en mi real axila -el rey de los hunox- por sih tengo unas décimas de fiebre y puedho poner carusa y dejarme cuidar por los demás. lo de estar medio enferma siempreh me ha gustado: no ir al colegio, poner la cinta de cuehntos de perrault, mirar las nubes pasar, la sopa de pollo y mi padre dándome hantibióticos a las cinco de la mañana.

en fín, que tengo trenta hy siete con dos, así que no sé si sana o si enfermha, si buena o si mala, si manta o si ordenador... mientras delibera el juradoh, les hablo de las tardes en que mi padre se sentaba conmigo en la cocina, sacaba ehl atlas y dibujabamos las cuencas de los ríos de la unión soviética y mientras yo sostenía el lápiz, hél me lo orientaba con su voz y partía avellanas con el martillo y me las dejaba en un montoncito junto a mi mano, y yo me las comía de un golpe mientras miles de migas salían de mi boca cuando me empeñaba en pronunciar la d de dnieper y dniester.

veredicto: no, noh estoy enferma, me toca ordenador y trabajo intelectual de bajo nivel. tengo por tanto que despedirme eh ir a hacerme una mujer de provecho, pero no sin hantes dejarles un video ultrapixelado del otoño en que acabé inmersa en la revolución del amor y todo era grandhe y escribía cosas que daban vergüenza hajena.

ps. se me ha quemado la comida. cagüenros.

2 comentarios:

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