viernes, 6 de mayo de 2011

Piezas sueltas (Vol 1). La bañera.

chica-bano

Llega a casa con los pies más hinchados que los de una camarera de un bar de tapas de Granada. Casa… en realidad no llega a ninguna casa… llega al cuarto del hotel en el que está viviendo desde hace unos diez días. Fuera los zapatos, los calcetines, los vaqueros la camiseta negra con su osito dibujado. En un espejo enorme contempla su cuerpo, hasta cuando… y hasta que punto. Los pechos, las caderas, las nalgas, los muslos…  El sujetador y las braguitas al suelo. La melena suelta y la cara de cansada. Abre la puerta del baño y abre el grifo. Vuelve al cuarto y tumbada en la cama escucha la bañera llenarse de agua caliente. Cierra los ojos y al igual que cuando era una niña desea que se llene rápido y que el gel haga un montón de espuma. Pasan cinco, quizás diez minutos y vuelve al baño. Un pie, la pierna, otro pie, otra pierna… se sienta despacio. Quema. Se estira lo que puede… hay suficiente espuma pero no suficiente espacio. Pero moviéndose poco a poco para arribita y para abajito al final todo el cuerpo cabe. En esta postura puede ver sus pechos asomarse a través de la espuma y esconder los lunares de su barriga… y las rodillas tan altas le recuerdan ese juego que hacía de pequeña. Ese de tumbarse en la playa y ponerse unos muñequitos en cima de las rodillas. Uno náufragos ignorando que los islotes en los que habían encontrado la salvación eran en realidad las piernas de una enorme creatura marina.  

1 comentario:

  1. tiran más dos tetas que polaroid7 de mayo de 2011, 13:46

    por cierto, me has puesto cachondísima

    ResponderEliminar

Comiéntenos lo que desee.