comisión nacional de la competencia

decide hacer las cosas bien por una vez en la vida y apenas pierde tiempo en el proceso de desayunar, lavarse los dientes, ducharse, vestirse y salir. se dirige al pueblo de al lado, ese que todavía no conoce, para tratar de ganar dinero, imbuirse de autonomía y renunciar a la épica personal, las tres cosas de una tacada. aunque para ello primero debe conducir hasta allí. allí es un edificio rodeado de instalaciones militares, sin ninguna concesión estética: austero, marrón y oliendo a desinfectante. pero piensa que tiene algo de voluptuoso, como los pasillos de las facultades en julio, como las siestas de verano, como el sudor entre las tetas. en el trayecto se le cala el coche dos veces y se salta un ceda el paso. pasa junto a un bar llamado "Los Amigos" que está a unos veinte metros de otro llamado "La amistad". también de una especie de nave industrial en la que un letrero reza "Factoría de Subsistencias". finalmente estaciona en batería, ahoga una nausea y se dispone a que e.l.l.o. empiece. espera horas. se sienta al lado de gente a la que debería desearle todos los males, pero no le sale. despues dicen su nombre y su dni y se dirige obediente allí donde no podrá demostrar que está dentro de los once mejores. días más tarde busca su nombre en una lista en la que no está. no se siente decepcionada. mentira, sí. llama a su madre para comunicarle otro fracaso del no sabe hasta qué punto es responsable. despues cuelga, coge la toalla y se va a la playa. el mar en cádiz es la ostia.