Muebles del IKEA, por LDC.

 

Hoy me he permitido el lujo de sentarme al ordenador, abandonar mis graficas, tomar un buen vaso de agua y leer el ultimo post de Dry. Me gustaría conocer más, saber, saber y saber… tener esas herramientas culturales y ese dominio del idioma (que evidentemente) no tengo justo para ponerle un comment de esos en plan polaroid que se caga la perra… y babear, que últimamente se me da muy bien… aunque si os soy sincera con no equivocarme de post y de blog ya tengo de sobra…

Pues mientras estaba leyendo me estaba dando cuenta, disfrutándo, del fluir de las palabras por mis tejidos y de repente algo chocó contra algo.

Fueron las palabras “no me importa lo que ERES”. que chocharon una detrás de otra contra la base de esa estantería de madera con la que he amueblado mi corazón en los últimos 8 años…  al chocar esas palabras las siguientes también tropezaron,  “me importa lo que me haces SENTIR” y entonces las baldas temblaron y las cajas cayeron y algunas se abrieron.

Y mientras estaba intentando ordenar las cartas, las fotografías, los pentagramas, las chats y todo lo que había por el suelo de ese musculo tan cansado al que sigo llamando corazón… más palabras lo atropellaron todo y al igual que en los terremotos unas replicas despiadadas remataron esa confusión: “tres huecos: uno para el amor adolescente, otro para un ("EL") gran amor roto y otro para un amor para toda la vida”.

Y entonces solo pude terminar de leer y escribir un comment estúpido y sin matiz…