sábado, 23 de marzo de 2013

valeriana forte




saben saben saben bien que suelo hacer ondear la bandera de la sensatez con cierta frecuencia. que ante los impulsos rompepiernas que le sobrevienen a mi chargazza con eso de que vivió en barrio chungo de Nápoles en plena guerra de sucesión de la camorra, me autoerijo en ejemplo de cordura y templanza. que argumentando que la cornisa cántabrica queda casi al otro lado de los pirineos y que eso nos convierte de facto en europeos de los de verdad, de los que ni se cuelan en el autobús ni salpican al mear, defiendo la acción desde la reflexión, el autoanálisis crítico y sereno, y  el "sé razonable, cari" como principios universales.

por ello, si a japón le han hecho una jugarreta emocional de esas de mear y no echar gota, mientras a la Laregla le ataca de súbito un SPM de órdago y comienza a afilar sus cuchillos para castrar a quien haga falta, yo me poso en su hombro cual pepito grillo tocapelotas y le insto a no hacerse mala sangre, a ser empática, que mola mil, y a controlar su furia usando la táctica de "la luz en mí".

en la práctica todo esto es mucho más difícil de mantener por eso del consejosvendoqueparaminotengo. si no, sería inexplicable todo este insomnio que se  me ha echado encima esta noche por descubrir, facebookotilleo mediante, que una chica es guitarrista.

odiar, lo que se dice odiar, es decir, haber fantaseado con romperle a alguien varios dientes con una réplica de la catedral de milán, sólo he odiado a dos personas en mi vida. personas que, por otro lado, conocía poco o nada. lo sé, es triste, pero más triste es robar. dos chicas, para más datos, dos chicas lo suficientemente guapas/listas/divertidas/increíbles como para que alguien -con pene, se entiende- las prefiriera a mí en algún momento concreto, y que ello, como consecuencia, me hiciera embarcarme en un viaje de muchos meses por los pantanos del dolor, la ansiedad, la frustración, la diarrea y dale a tu cuerpo alegría macarena.
  1. respuesta condicionada. 
  2. qué campana ni qué perro muerto, paulov. 
  3. llamémoslas Zorra1 y Zorra2 para simplificar.
lo bueno de odiar es que no dura todo el tiempo.  no digo yo que ahora no esbozara una leve sonrisa si un piano de cola cayera sobre las cabezas de estas dos dulces señoritas mientras menean sus diminutos traseros por las calles de esas ciudades tan modernas en las que viven. pero haciendo honor a la verdad, el tiempo, si no logra borrar del todo, sí que difumina, y esta mañana casi no podía recordar dónde había guardado aquel cuaderno negro en que escribí sus dos nombres con sangre y mocos.

es curioso por tanto, que esta noche, sentada en mi sillón voltaire, escriba este post garabateando con ira en dicho cuaderno negro, con el pulso algo acelerado, celosa hasta las entrañas y maldiciendo la hipertextualidad de internet y el sendero invisible que me ha conducido a saber más de lo conveniente, es decir, que Zorra1, a parte de su cerebro privilegiado, su trabajo tan creativo y tan genial, sus actividades de voluntariado, su estética vintage, sus viajes de trabajo a shanghai y su melena rubia al viento, toca la guitarra en una banda con mucha más actitud y mejores piernas que las que tú podrás tener en tu vida, reina.

seguro que también recicla. la muy puta.

2 comentarios:

  1. ...me cargo a esa Zorra sin compromisos... lo del perro de prensa lo hago por diversión...



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  2. ya que estamos, ¿me haría usted descuento si le encargo que liquide también a Zorra2?

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